martes, 26 de febrero de 2013

Carta para Rogercito.


Hola, personita única, hermosa y valiosa.  He pedido que esta carta te sea entregada cuando cumplas 5 años y puedas empezar a leerla. Espero que puedas leer lo más pronto posible este regalo especial que he preparado para ti. Que ¿cómo se de ti? Pues, en su debido momento lo leerás. Simplemente relájate y disfruta este momento. Sé que llegará un punto en el que tendrás demasiadas preguntas y sobretodo demasiadas preguntas. Sé también que obtendrás pocas respuestas. Quiero que sepas que no tienes que desesperarte por obtenerlas. Simplemente, todo llegará a su debido tiempo, aunque tengas que rasgarle un poco con algunas cosas. Sé que serás muy tímido. Sé que no querrás hablar, y que te llevaran a terapia de lenguaje. Sé que cuando entres al preescolar, no te juntarás con muchas personas. Te darás cuenta de que mamá se ocupa de ti todo el día y papá está muy cansado cuando llega del trabajo, y por ende, no quiere jugar contigo. De seguro, te preguntarás: ¿por qué mi papá tiene que trabajar tanto? ¿Por qué simplemente no puede estar conmigo cuando quiero? tengo que decirte de que a pesar de que él es el jefe de su propio changarro, como él mismo le llama, él es también como un esclavo del mismo. Cuando tengas la oportunidad de trabajar con él en tus vacaciones de la escuela, conocerás la historia de su vida, y entonces entenderás muchos de sus porqués. Sí, quizá en este momento te preguntes cómo alguien puede ser dueño y esclavo al mismo tiempo, y pues, bueno, para poder entender esta paradoja, te hablaré un poco sobre historia. Cuando los españoles conquistaron a los pueblos nativos de Mesoamérica, y de lo que actualmente es México, realizaron no solamente una guerra cruel contra estas civilizaciones, sino que también, realizaron una terrible conquista espiritual. ¿A qué me refiero con esto Rogercito? Pues a que simplemente desaparecieron todos los saberes que los antiguos tenían. Derribaron todas las edificaciones importantes y significativas para ellos y simplemente con las mismas piedras (literalmente) construyeron las propias. Sé que en algún momento te preguntaste que si se supone que somos mayas, no hay ninguna construcción maya en la ciudad de Campeche… esto es porque donde están todas las iglesias, habían templos mayas, que fueron desaparecidos para dar paso a esas iglesias. Imagina que alguien te dijera que tu forma de vivir no es correcta, y que por ende tienen que derrumbarte tu casa para que te construyan una nueva, pero esa, después de todo, no sería tu casa. No sería aquel lugar donde solías jugar con tus peluches y carritos favoritos. No sería aquel lugar en donde descubriste los libros y las palabras raras. No sería tu hogar… y así es como sintieron aquellas personas antiguas en ese entonces. Su razón de ser no existía. Su lugar en el mundo no existía. Ni siquiera era su mundo. ¿Quién eres Roger? ¿De dónde vienes y hacia dónde vas pequeño? Nada nunca más…
Y entonces en este momento quizá te preguntes que tiene que ver todo esto que te escribo con que tu papá no juegue contigo… pues… con el paso de los años, aquellos españoles tuvieron hijos con las mujeres originarias de aquí… hijos que no querían… hijos que iban a la deriva… hijos que para ser aceptados y “queridos” aprendieron a obedecer sin más… cuando conozcas la historia de tu padre podrás relacionar esto de una mejor forma. Y es entonces, que como tu padre tuvo uno propio que lo dejó en el desamparo, tuvo que hacer lo posible para sobrevivir, con esa mentalidad de derrota que viene desde hace tantos años, y tuvo que hacer con mucho esfuerzo lo que irás viendo a lo largo de tu vida. Como sabrás en su momento, tu padre solo estudió hasta segundo de secundaria, un logro meramente colosal en su época. Sólo para que te des una idea, en otros lugares como la República de China, el 98 por ciento de la población tiene en promedio educación de nivel bachillerato, mientras que en nuestro país, la población en general tiene en promedio un nivel de estudios de 6to de primaria. Y como te imaginarás, eso da lugar a muchísimas diferencias entre países como China y el nuestro. Y no solamente en cuestiones tecnológicas y de desarrollo, sino en cuestiones culturales e ideológicas. ¿Recuerdas al mexicano desamparado y desesperanzado? En países como Taiwán, Corea del Sur y Hong Kong, el trabajo es sinónimo de triunfo, el que más trabaja es el que más gana. En México, el trabajo solo es una forma de sobrellevar la vida, para ganar lo suficiente para subsistir. Te aseguro, cuando veas hacia atrás en tu vida, que nunca nadie te ha hablado de triunfo, de éxito. Lo más cercano a esto, es que te hablen de cuando seas grande, de tu familia, de que tengas estudio y de que hagas algo con ello. No me digas que no te has preguntado alguna vez si realmente estudiar te garantiza tener tu vida ya asegurada. En todo caso, la vida no es sinónimo de éxito. El éxito no es sinónimo de trabajar, sino de estar motivado para ello. ¿Ves que tan diferentes son las cosas? Simplemente, no tomes demasiado en serio las cosas, pero tampoco dejes de escucharlas. Date cuenta, abre los ojos bien. Sé que te han enseñado que es mejor permanecer callado. Sé también que es difícil emprender nuevas cosas cuando en la escuela te han enseñado que responder a todo sólo en el momento que se te pide es igual a sobresalir. Pero esto realmente no es así. Ser superior a los demás no implica ser feliz. Tampoco quiere decir que uno caiga en la humildad que nos es enseñada, sino en una humildad auténtica, una humildad que hable de la calidad de humano que eres. Simplemente cuando algo no funcione satisfactoriamente, checa que pasó, corrige lo necesario y aprende de los errores, considera lo positivo y lo negativo de las cosas y transforma tu entorno, transfórmate a ti mismo, decide, actúa, y sé feliz para compartir esa felicidad con quien quieras compartirla.
Sin embargo, no todo es dolor. No todo es tragedia ni decisiones mal tomadas. Ciertamente, en la sociedad mexicana, encontramos valores que mientras no caigan en el exceso, son fundamentales para mantener la calma en momentos difíciles, estar en familia, motivarse para trabajar en equipo y recuperarse en menor tiempo de las dificultades. Además, aunque no sobresalimos en valores orientados hacia el logro, es decir, aquellos como la iniciativa, la ambición, la independencia, la audacia y la perseverancia, promovemos en mayor medida los valores orientados hacia la convivencia, como el respeto afectuoso, la bondad, la humildad, la paciencia, la tolerancia, la amistad y la resignación. Además, en las familias, y de seguro en la tuya también, encontramos valores como la lealtad, la cooperación y el afecto, así como servicio a los demás, que son aspectos que contribuyen al desarrollo y crecimiento sano de un individuo siempre que no se llegue a la sobreprotección y al exceso que crea dependencia y minusvalía. Sé que quizá estas palabras, o algunas de ellas, cuando las leas por primera vez, no las comprendas del todo. Sin embargo, yo sé que pronto comenzarás a agarrar los libros que hay en tu casa y a revisar el diccionario solo por diversión, para encontrar palabras chistosas y aprender que significan (por cierto, te recomiendo que nunca dejes de encontrar palabras chistosas en un diccionario, te va a servir muchísimo cuando tengas que redactar muchas cosas cuando estudies en la universidad [sí, estudiarás en la universidad]), y así poco a poco entenderás el valor de todo lo que te menciono aquí.
Sé que aprecias muchísimo a tu mami, puesto que sé también que con ella te entiendes mejor y te es más fácil hablar de temas difíciles con ella. Lamento informarte que llegará un punto en el que te vuelvas indiferente con ella, y que con trabajo le dirigirás unas cuantas palabras durante el día. Simplemente, quiero pedirte Rogercito, que seas amable con ella. Que seas cariñoso y muy afectuoso con ella. Que le digas todo lo que siempre has querido decirle en el momento preciso. Simplemente ámala como ella te ama a ti. Aprecia y valora todo lo que ella hace por ti a diario. No esperes a que el tiempo te valla orillando a hacerlo. Si es cierto que por ahí reza el refrán: “más vale tarde que nunca” pero realmente, haz las cosas cuando quieras hacerlas, no esperes por qués y en lugar de eso plantéate para qués… deja de esperar el momento adecuado, porque los momentos son únicos son perfectos aunque uno insista en que no lo son, piensa en que los momentos no hacen las decisiones, sino las decisiones hacen a los momentos.
Hay algo que a estas alturas de tu lectura quizá te estés preguntando. Sé mucho sobre tus preguntas, y sólo quiero que sepas que no tienes por qué asustarte. Sé que te estarás preguntando en estos momentos, ¿quién es Dios? ¿En dónde está? ¿Existen los fantasmas? ¿El diablo? Sé que desde esos tiempos te preguntas estas cosas, y déjame decirte que yo aún no lo sé. No lo sé a ciencia cierta, y prefiero no saberlo. No tengo miedo, a diferencia de ti. No dejes que el miedo te domine y te haga hacer cosas que quizá no querías hacer. Yo, hace tiempo, tenía demasiado miedo. Y realmente la experiencia me hizo aprender de forma difícil y dolorosa. Y yo, no quiero eso para ti. Simplemente, confía en tu intuición, puesto que en mi caso es la única que realmente nunca me ha fallado y nunca me ha abandonado en los momentos en que hube de necesitarle. Simplemente, no te preocupes por lo sobrenatural. Ocúpate en tus decisiones y en lo que irás aprendiendo día a día.
Sé que te causa mucha incertidumbre el futuro, sin embargo, no es algo que tengas que temer, sino simplemente disfrutar. Créeme que a cada paso que das, es un paso más cerca de algo grande para ti. Nunca dudes de tus pasos, puesto que realmente son los mejores que pudiste haber dado en el momento, tiempo y circunstancias en los que te encontraste. Mientras conserves una actitud de previsión, de líder, de congruencia, de responsabilidad, motivación, compromiso, formación, calidad y calidez en tu trato, puedes lograr muchas cosas, incluso cuando pienses que no estás logrando algo en absoluto. Cada paso, mi pequeño Roger; es tuyo, solamente tuyo y de nadie más. Puedes compartir tus logros, tus fracasos, tus éxitos, incluso tu camino, pero la verdad es que los pasos  y las decisiones que vallas tomando son solamente tuyos, así que ámalos como lo que son, una extensión de tu ser y por ende mucha belleza en sí mismos.
Sabes, tu crearás tu propio conocimiento. Quizá ahorita te cueste creer en ello. ¿Cómo puede no ser verdad todo lo que te dicen en la escuela? Ciertamente hay cosas que cambian, pero no solamente es eso. Conforme vayas leyendo ciertas cosas, te vayas preguntando otras y vayas obteniendo respuestas, te darás cuenta de que lo más importante es formarse un criterio propio y no siempre tomar el que te ofertan como el bueno o el único. Eres una persona muy capaz, muy inteligente y muy especial. Nunca dudes de ello ni de tus capacidades. No siempre las cosas son fáciles, por tanto el éxito es producto de la constancia, de la disciplina y de la paciencia, valores y características que aunque no siempre tenemos, podemos incorporarlos y adquirirlos para nosotros.
Sé que en estos momentos realmente dependes  de tu papá y de tu mamá para salir adelante. Dependes mucho también de lo que te digan en la escuela, y de quién te cuide en determinados momentos. Es normal, que seas alguien que depende de alguien para estar seguro. Sin embargo, lo que no es normal, es que incorpores en ti un esquema para identificar autoridades y pensar un montón de cosas para obedecer mejor. Sé que a partir de de ahora pensarás mejor tus actos y sobretodo revalorarás lo que irás haciendo día con día, para optimizar todo aquello que pienses invertir. Trata de que en la medida de lo posible no te resuelvan inmediatamente las cosas cuando no sepas que hacer o no puedas realizarlas. Has que las personas a tu alrededor te den la oportunidad para aprender a valerte por ti mismo, y alcanzar esa independencia  que siempre has soñado de forma más rápida, pero sobretodo, de forma menos forzada y más natural. Podrás ser más crítico y más creativo, cosas que para lo que te querrás dedicar en un futuro que para mí es ya cercano, son muy necesarias. Ahorita eres un niño, pero llegará un punto en el que darás cuenta de que te dejarán de tratar como tal. No te angusties. La esencia de quienes somos realmente no se pierde en ningún momento. Sólo te pido que poco a poco vayas reconsiderando muchas de tus posturas ante ciertos temas. Recuerda que el dinero es un medio para obtener satisfactores, y no un fin en sí mismo. En mi experiencia muchas veces, mediante mi trabajo y mi esfuerzo he recibido muchos beneficios económicos, que termino tirando en cosas que son beneficios que me duran tan solo unos momentos, y que pude haber invertido en cosas que realmente me apasionan. Hazme caso mi chavo, la experiencia habla por mí en estos momentos.
Hay que aprender a valorar el dinero como medio para obtener satisfactores y no como un fin, ni como la vía primera para mejorar el propio estatus y el reconocimiento social. Comprometerse con el trabajo permite satisfacer todas las necesidades humanas, las fisiológicas y las psicológicas y, por ende, permite mejorar la calidad de vida. Hay que comprender que el trabajo es inherente al humano y es la base del progreso. La actitud sensata ante éste no es rehuirlo sino buscarlo. Créeme que cuando te digas a ti mismo que te gusta vivir al extremo, te acordarás de éstas mis palabras.
La enunciación declama la verdad. Aprende a expresar lo que realmente quieres expresar, siéntete libre para hacerlo, pero también responsabilízate de lo mismo que expresas. Comprométete, cumple. Has que ese ejemplo sea el que tengan tus hermanitos. Porque será por el bien tuyo y de ellos mismos también. Sé que crecerás con muchas más preguntas, y la verdad es que me gustaría resolvértelas todas, pero no me es posible. Solo quiero que tengas una oportunidad que no tuve, que es la de ser una persona que se sienta bien consigo misma desde antes que yo pude lograrlo. Alguien que no sea reactivo a las circunstancias sino activo a los hechos. Alguien que base su fortaleza en cuanto puede dejar ir, y no en cuanto puede soportar. Alguien sea feliz y pueda compartir esa felicidad con quien quiera, y sentirse libre y pleno en el proceso. Alguien como yo quise ser y no aproveché la oportunidad. Es por eso, te encargo que tú la aproveches.
¿Qué quién soy yo? Soy todo y a la vez nada. Soy tu luz y tu oscuridad. Soy todos y a la vez nadie. Soy quien tú quieras ser. Te quiero mucho, cuídate, y hasta siempre.

martes, 5 de febrero de 2013

Psicología del Mexicano. Paráfrasis.


Psicología del Mexicano. Paráfrasis.
El trauma a través de los años.
De cierta forma, gran parte de la historia de México ha sido traumática. La gran superioridad en cuanto a armaduras, armamento y tácticas frente a los indios que iban a pie, usaban arco y flecha y estaban casi desnudos, daba como resultado que al finalizar las batallas, quedara como saldo muchos miles de indios tirados entre sangre, mientras que los españoles tenían muy pocas pérdidas o ninguna. Sin embargo, los españoles no sólo realizaron su exterminio en el campo de batalla, sino que también lo hicieron por el lado de la cultura. Es por esto que se destruyeron casi todos los documentos donde los antiguos registraban todos sus conocimientos; destruyeron sus templos, e incluso sobre las ruinas de estos se construyeron la mayoría de los templos cristianos con el objetivo de destruir también su religión y su cultura.
Al ser la historia de México un proceso traumático, pueden reconocerse ocho momentos en los que estos síntomas resultan más agudos y notorios:
·        La conquista militar
·        La conquista espiritual
·        El mestizaje
·        La secularización
·        La Independencia
·        La mutilación del territorio nacional
·        La Reforma
·        La Revolución
La conquista, tanto militar como religiosa, tuvo como resultado que la gente perdiera la relación con los dioses, el cosmos y la temporalidad, es decir, que estuvieran desconectados tanto de su propio devenir como de su lugar en el mundo. Los dioses de los derrotados se vieron como los demonios de los ganadores. Además, esta doble conquista tuvo como resultado que el indio desapareciera del protagonismo de la historia: simplemente lo erradicó y lo anuló, de tal modo que el indio se dedicó a esconderse y a vivir con desgano. El lenguaje indígena sería el silencio.
Una situación bastante agraviante fue la de la mujer, quien al ser obligada a unirse con el español, traicionaba tanto a su raza como su cultura, que tuvo como producto que sus hijos crecieran a su sombra y lejos de su padre, el cual por lo general nunca era conocido por este. Literalmente, el mestizo era un hijo de su madre, no era aprobado ni en el mundo de los criollos ni en el mundo de los indios. Cabe destacar que si durante la conquista quien representó el choque contra los europeos, fue el indio, en la colonia quien toma este papel es la india.
Además, hay que tomar en cuenta los trabajos forzados en la construcción de palacios, templos e iglesias, que sirvieron de fortalezas y refugio para los españoles así como para demostrar el poderío de las órdenes evangelizadoras que llegaron a la Nueva España, como lo fueron los franciscanos, dominicos y agustinos. Estos continuamente se peleaban entre ellos para fundar pueblos, donde seccionaban a los indígenas de los españoles y los primeros les servían de materia prima para un proyecto que pretendía la creación de una ciudad celestial en la tierra, influenciados en parte por el Renacimiento.
A causa de esta dramática separación y encierro de los indígenas, casi 500 años después aún muchas localidades no se acaban de integrar a la sociedad nacional y siguen siendo, literalmente, marginados. La sociedad del virreinato es una sociedad compuesta por castas, desintegrada y escindida, era la suma de varios grupos. Era una sociedad piramidal.
En 1753, por orden del rey Carlos III se realizó la gran secularización de las doctrinas, removiendo a los misioneros franciscanos, dominicos y agustinos del cuidado de los indígenas, ante lo cual muchos de éstos quedaron en el desamparo, como si fueran huérfanos, debido al paternalismo lleno de dogmas y opresión en el que habían sido inculcados.
Hacia fines del siglo XVIII empiezan a gestarse los movimientos proindependencia, llevados a cabo por los criollos para velar por sus propios intereses. Para cohesionar a una población dividida, utilizaron un símbolo religioso patriótico: la Virgen de Guadalupe. Hidalgo llamaría a la virgen mexicana a combatir con la virgen de los remedios española.
Mientras tanto, el bajo clero, pobre y sujetado, se convirtió en el veneno de los liberales, y el alto clero, lleno de privilegios, erigió con firmeza la bandera conservadora, empeñado en presentar y en hacer presentar en púlpitos y confesionarios a los insurgentes como blasfemos, herejes, sacrílegos, y traidores, y en declarar fidelidad al rey de España como punto crucial en la fe cristiana. En 1820, al ocurrir en España una revolución liberal que disminuía los privilegios de la nobleza y del clero, la nobleza y el alto clero novohispanos hicieron un cambio de último momento y adoptaron la compasión como la causa de la independencia que con tanta saña habían combatido. Encomendaron a un activo realista, Agustín de Iturbide, para que realizara la insurgencia y consumara la independencia. Todos los que recibieron el grado de general en la nueva república habían sido realistas, excepto Guerrero. Al cabo de once años, de 1810 a 1821, la independencia se había consumado, pero con condiciones muy diferentes a las originales. Todo había cambiado para que nada cambiara.
Apenas cumplidos 26 años de la promulgación de la independencia, en el año de 1847, el país sufrió una salvaje mutilación de más de la mitad de su territorio, considerada en la psicología de la población como una especie de castración, causada por los gringos, que hoy se muestran tan solícitos de nuestro bienestar.
Entre los años 1854 y 1857, surgió la Reforma, proceso que buscaba fundar un México que negaba su pasado, tratando de alcanzar una nueva y real liberación nacional. Este proceso terminó en la elaboración de la Constitución de 1857, altamente condenada por la iglesia, la cual prohibió que se absolviera en confesión a cualquier católico que hubiera jurado sobre la constitución si no se retractaba de su acto públicamente. Esto generaría un nuevo trauma en la población, directamente sobre su conciencia y costumbre religiosa, encontrándose ante la cuestión: ¿enemigo de mi religión o enemigo de mi Estado?
Pasando por la venida del personaje de Maximiliano de Habsburgo, llega el porfiriato con una especie de nuevo feudalismo y una paz cadavérica. Hay orden cívico, pero con deslumbrante riqueza para una aristocracia soberbia y cruel pobreza para la muchedumbre humilde, explotados de forma cruel en las tiendas de raya. Esto dio paso a la Revolución de 1910, un conflicto que deformó el orden social antes establecido, con la promesa de justicia, democracia y libertad, que le costara al país alrededor de un millón de cadáveres.
Es de resaltar que ya en el siglo XX, el país tendría que sufrir otra conquista; un neocolonialismo por parte de el país del norte. Saturándonos con su diplomacia, sus transnacionales, sus productos, su consumismo, sus shows, modas, lenguaje, su sueño americano, sus juegos, vicios y costumbres, crean en los y las mexicanas sentimientos encontrados o ambivalentes, consistentes tanto en admiración y coraje como de envidia y rechazo. La expropiación petrolera, fue promovida por los gringos para que fueran eliminados sus competidores europeos, y satisfacer sus propios beneficios. El tratado de libre comercio sólo pone a México como el brazo que trabaja y que recibe poca paga a cambio, dentro del proceso del producto y el servicio.
Actualmente, vemos las consecuencias de conflictos relacionados con las devaluaciones de la moneda y la constante inflación, que contribuyen a que los salarios simplemente rindan menos. Vemos también, como el control de la natalidad, los métodos anticonceptivos y el aborto son fuertemente repudiados por la iglesia, a pesar de que son vistos por muchos como una etapa de modernización de la sociedad, más cercana a los conceptos de equidad de género.
Nuestra psicología trascendental.
Siempre hay un trasfondo oscuro y profundo a los saberes y actos de las personas, sobretodo en una sociedad tan peculiar como la nuestra. Para esto, podemos explorar histórica y socialmente las raíces y encontrar grandes explicaciones a los porqués de la vida diaria.
·        La ambivalencia y nuestra crisis de identidad.
Podemos entender como identidad nacional aquella conciencia de determinadas características en común de la colectividad, y la aprobación de una forma de vivir que contiene un sistema de normas y valores en específico.
El mestizo, muestra más cercana de la fusión de razas en nuestro país, siempre fue un hijo de la chingada, un hijo de puta o de su puta madre, osea, de la mujer ultrajada, violada, abierta o rajada. Toda la cultura, protección y afecto procedían de este componente ultrajado, puesto que el español criollo siempre fue ausente. Es así como la figura cercana, buena y positiva era precisamente la que representaba y encarnaba lo devaluado y despreciado. Totalmente sensaciones ambivalentes. Es por esto que resulta tremendamente difícil identificarse con los padres y la cultura familiar. Como dijera Juan Rulfo, nos convierten en un rencor vivo.
Además, el patrón de ambivalencias se ve repetido, puesto que primero fue el conquistador español y ahora es el conquistador gringo. Estos, admirados y despreciados al mismo tiempo por el pueblo. Además, también respeta y chinga a su madre, sobre todo con la conducta machista que continuamente expresa en frases como: Mi vieja, mi carne, vieja el que se raje, palabra de varón, esto es un puto desmadre, me vale madre, te voy a madrear… pero paradójicamente, encontramos la gran expresión de celebración y júbilo cercanas a los ejemplos anteriores: ¡a toda madre!
El mexicano siempre está lejos, lejos del mundo y de los demás; lejos también de sí mismo, diría Octavio Paz. Al no poder identificarse con ese padre violento o ausente que tiene, ni con esa madre que adora y repudia al mismo tiempo, se refugia en el alcohol, o en conductas que reflejan inseguridad, temor, masoquismo, búsqueda del anonimato, de no reconocer la responsabilidad de los actos y refugiarse entre la gente; el impersonal nosotros. No permite que los demás entren en sus cosas, por eso lo peor es rajarse, y por eso se cosifica a la mujer, pues esta, al entregarse al varón, se abre o se raja.
Ante esto es que el mexicano adquiere máscaras o formas de ser desvirtuadas, ambivalente y confusas, que incluyen el valemadrismo; consistente en burlarse de sí mismo y aparentar que uno se burla de lo negativo, los alardes; que consiste en mostrarse machote y pasar por peligros innecesarios, el lenguaje cínico, los desplantes de chingón; consistente en creerse superior ante los indios, nacos, provincianos, chilangos, reggaetoneros, etc., la rebeldía contra el patrón, formada como un estilo de relacionarse. Todas estas poses de dureza terminan por ser mecanismos psicológicos que compensan y tapan las sensaciones de debilidad, desconcierto y confusión.
Ciertamente después de tanto tiempo en que el mexicano ha sido manipulado, engañado políticamente y despojado de sus recursos públicos, con el hecho de que los mexicanos son seres incompletos, inferiores, seres que se esconden, se enmascaran y disimulan. El lenguaje para el grosero no es para expresarse, sino para esconder y escabullirse en lo chusco. Claro ejemplo de esto, el personaje mexicano Cantinflas.
Mientras el 86 por ciento de los gringos cree y siente que la vida es para gozarla, el 63 por ciento de los mexicanos afirma que la vida es para sobrellevarla. El estadounidense, se concibe como independiente, activo, individualista, firme, tenso, autoafirmativo y con alta necesidad de logro. El mexicano, por su parte, se concibe como complaciente, obediente, afiliativo, flexible, dependiente e inhibido. Definitivamente, dos mundos totalmente distintos. El gringo, decidido a ser líder, y el mexicano decidido a trabajar en equipo, en el mejor de los casos, pero por lo general a obedecer órdenes. Como pueblo, somos todo un caso psiquiátrico.
Por fortuna, podemos identificar algunos elementos positivos para buscar y afirmar la identidad nacional:
·        Los símbolos nacionales (bandera, escudo nacional, Virgen de Guadalupe, calendario azteca, etcétera) sin ser asumidos con fanatismo.
·        La común naturaleza, carácter e idiosincrasia.
·        El folklore (ballet, música popular, antojitos, películas, artesanías barrocas, etcétera)
·        Las obras de los grandes muralistas
·        El deporte (¿fútbol?)

·        Religiosidad, superstición y magia.
Entendemos en este punto a la religión como una vivencia, una religiosidad que tiene un fenómeno psicológico en la población, teniendo sus orígenes en varios acontecimientos que se conjugaron y permitieron que se engendre esta óptica en el mexicano.
El catolicismo español, que combatía a la contrarreforma y a la reconquista, era también un catolicismo devoto.
La conversión masiva, forzada, obligada y acelerada, no pudo dar lugar a una síntesis, en su lugar se conformó una fusión que se salió de control.
El método usado en las doctrinas y en los pueblos indios, con líderes paternalistas y sobreprotectores, y al mismo tiempo, totalmente represivos contra el más insignificante intento de disidencia o emancipación; creo un dogmatismo que trata a las masas como incapaces de valerse por sí mismos, el cual forma parte de cómo viven y experimentan la religión.
Una incapacidad de afrontar los problemas y de agarrar al toro por los cuernos, germina un clima de superstición o magia; diferenciando a la primera como pasiva de la segunda, que es activa; promoviendo que las situaciones peligrosas o de riesgo simplemente se ignoren.
Estos tres elementos, resultan altamente alienantes y domesticadores.
·        Actitudes ante el cosmos y la vida.
Tomando como base el valemadrismo, ocultamos nuestro dolor y sufrimiento y nos burlamos de él. Se defiende negando que sufre. El mexicano tiene que ser el que se chinga a todos, el que se los jode y se jacta de poder joderse y chingarse a todo el mundo. Esto es, sea a quien sea, lo desafiará.
Sin embargo, podemos encontrarnos con expresiones escondidas en nuestras usanzas que reflejan una óptica bastante diferente, como por ejemplo, aquella que reza: “me lleva la tristeza”, tan cargadas de debilidad e impotencia…
·        Actitudes hacia la sociedad: la esfera moral.
La corrupción somos todos. El que no tranza no avanza. Después de todo, todo mundo lo hace. ¿Qué más da?
La mordida, el soborno, las violaciones a la constitución, la infidelidad conyugal, los fraudes, los aviadores que cobran sin trabajar… son claras muestras de que ciertamente, nuestra cultura es individualista.
·        El mexicano ante la muerte.
Aquí, los muertos nunca mueren. Permanecen vivos, quizá, simplemente queremos que nunca mueran. El día de muertos, es una gran fiesta.
Los aztecas decían que dependiendo de la forma en que se muere, es la casa que a uno le correspondería en el otro mundo.
La santa muerte, para muchas personas actualmente, es una entidad a la cual se le puede rezar, pedir y tributar los favores que no se pueden enfrentar por uno mismo.
Ciertamente, el mexicano ve la muerte como algo vivo.

La dependencia ancestral.
Después que nuestra cultura fuera destruida, hemos intentado buscar nuestra cultura padre, tratando de encajarla con modelos extranjeros, lo cual, nos ha vuelto terriblemente dependientes de las instancias que creemos, pueden fungir este papel de padre protector.
Somos dependientes del gobierno, de lo divino, sobrenatural y mágico; de la familia, del medio ambiente, de las tradiciones, de la naturaleza, y de los vecinos del norte.
Al ser dependiente, el mexicano adopta una postura de resignación y conformismo ante los problemas, en lugar de enfrentarlos y confrontarlos de forma activa, y nos escudamos en actitudes que damos por hechas por que simplemente “así se ha hecho siempre”.
Caemos en cuestiones de considerar todo como una chamba, creamos rituales laicos para no trabajar, y somos totalmente dóciles en nuestro trato, preferimos obedecer.
Los ciudadanos aprendieron a solicitar favores más que a exigir respeto a sus derechos.